Cómo alquilar inmuebles para uso residencial

Una vez se toma la decisión de alquilar uno o más inmuebles de su propiedad para su uso residencial por parte de un tercero, es importante conocer los inconvenientes que pueden surgir para poder darles respuesta.

Lo primero es darle la mejor promoción a la vivienda, eligiendo bien tanto la descripción del inmueble, como los servicios que tenga en un radio inferior a 300-500 metros. Esto, junto a un buen reportaje fotográfico y audiovisual, hará seleccionar por sí solo a los inquilinos realmente interesados y evita visitas no productivas. Sin olvidarse de buscar el mejor posicionamiento web. En definitiva, hacer atractiva la vivienda y dar una visión fidedigna de ella.

En segundo lugar, para alquilar correctamente uno o más inmuebles, hay que saber filtrar bien al futuro inquilino, sabiendo de su solvencia y quedando claramente identificado antes de la visita, para evitar así citas improductivas o incluso maliciosas.

Tercero, y no menos importante, tener un conocimiento de la Ley para elaborar un contrato con el que se sientan protegidos tanto arrendador como arrendatario. Es potestativo de la parte propietaria la contratación de una garantía adicional, como es la de contratar un seguro de impago, que no solo cubra las cuotas impagadas del inquilino, si no también posibles actos de vandalismo que pudiera ocasionar en la vivienda, gastos judiciales, etc.

Por último, redacción del contrato de arrendamiento de acuerdo a la Ley y a las necesidades de ambas partes.

Si usted como propietario de la vivienda sabe responder a todas estas cuestiones, no necesita de ayuda profesional para la gestión de su inmueble. Si por el contrario, e incluso no necesitándolo, siente más seguridad externalizando la gestión de poner en alquiler su vivienda, debería ponerse en contacto con una o varias agencias inmobiliarias y delegar este proceso a quien le ofrezca más garantías, honestidad y transparencia.