¿Tienes un dinero ahorrado y te estás preguntado dónde invertirlo?

Básicamente puedes plantearte dos opciones:

Acudir al mercado financiero donde, dependiendo de tu perfil inversor, encontrarás un variado abanico de productos financieros, de menor a mayor riesgo.

O bien acudir al mercado inmobiliario.     

Las propiedades inmobiliarias (o bienes raíces) son activos físicos y se consideran los más seguros. Su valor crece con el tiempo, eso lo hace ser un magnífico activo refugio a medio/largo plazo, salvaguardando tu inversión. Esto se debe a que las propiedades inmobiliarias suelen tener un valor intrínseco que no está fuertemente influenciado por factores externos, como pueden ser crisis económicas, períodos de inflación, etc. Además, mientras que las propiedades inmobiliarias te ofrecen un rendimiento a corto plazo, obteniendo una mayor rentabilidad al alquilarlas y recibir ingresos constantes, la rentabilidad de los activos financieros suele ser más variable y depende en gran medida de la fluctuación del mercado.

Otras ventajas de invertir en bienes raíces

Otra de las ventajas es que puedes controlar mejor tu inversión en bienes inmuebles, al tomar decisiones sobre cómo administrar la propiedad, mientras que los activos financieros a menudo escapan de tu control, especialmente si inviertes en fondos mutuos u otros vehículos de inversión gestionados por terceros.

Por último añadir que existen riesgos y costos asociados tanto con la inversión en bienes raíces como con la inversión en activos financieros. Antes de invertir, es importante hacer una investigación exhaustiva y hablar con un asesor financiero e inmobiliario para entender los riesgos y los costos asociados con cada tipo de inversión. Así determinarás cuál es el mejor enfoque para tus objetivos financieros específicos.

En Sevilla Properties te hacemos un estudio tanto del rendimiento a corto plazo como del valor refugio a largo plazo en el caso de que tu decisión sea la inversión en inmuebles.

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